miércoles, 21 de octubre de 2009

LA IMPOSIBILIDAD HUMANA


La razón de que ninguna ideología humana o sistema social haya tenido éxito en establecer la armonía entre todos los pueblos y las personas es que sin el nuevo nacimiento somos por naturaleza hijos de la ira, de rivalidad y de discordia, independientemente de cuán noble sea nuestra filosofía de vida. El evangelista Pablo, en su carta a los Efesios habla claramente del por qué: Efesios 2:1-6; Tito 3:3-7, ¡Vale la pena leerlo!
"El que está íntimamente conectado con Cristo se eleva por encima de los prejuicios de color o de casta. El Autor divino de la verdad debe ser exaltado. Nuestros corazones deben llenarse con la fe que obra por el amor y purifica el alma. La obra del buen samaritano es el ejemplo que deberíamos seguir" (9 T 209).
¡Cuán profundamente nos ama Dios! Él contempla nuestro mundo enceguecido y enloquecido, alienado por el pecado. Anhelando la salvación de toda la humanidad, el Señor envía un mensaje acoplado con una misión para la gente. Él planea redimir a todos los que lo acepten como su Salvador personal. Para realizar nuestra salvación, Dios moviliza todos los recursos de su amor y sabiduría infinitos. El Señor obra mediante los agentes humanos: hombres, mujeres y niños, para declarar y exhibir su amor. Alienta a todos los que quieran cooperar voluntariamente con los ángeles. Con demostración de su poder y su gracia, el mensaje del Salvador ha de llegar a todos los lugares de la Tierra. Unámonos con Cristo en esa su grande empresa de salvación. ¿Conoces tú cómo unirte al Señor?

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