martes, 12 de mayo de 2009

LA PREPARACIÓN PARA ACCEDER AL NUEVO MUNDO<


EL REGRESO DE CRISTO SIGNIFICA NUESTRA REALIZACIÓN COMPLETA Y DEFINITIVA COMO CRISTIANOS. 
Todo lo que creemos nos conduce a este evento: la consumación de todas nuestras esperanzas como creyentes en Jesús y beneficiarios de su expiación. Sin esto, ¿qué podría significar ser cristiano? Cuando morimos, nuestra suerte no sería diferente de la un león, una rana o aun un árbol. Sólo la esperanza de la segunda venida de Cristo, hecha real por lo que Cristo hizo en su primera venida, es lo que da significado,, propósito y rumbo a nuestra fe. De este modo, Cristo nos llama, ahora mismo, a estar preparados para el momento cuando venga.
Sin embargo, la invitación no viene sola; también se proveen los medios para aceptarla. Jesús no sólo nos llama, sino que el Espíritu Santo está presente para ayudarnos, con el fin de capacitarnos para atender ese llamado.  Por nuestra parte, debemos corresponder al llamado y poner nuestras vidas en armonía con Dios mediante la entrega de nosotros mismos a la obra de reconciliación y justificación de Cristo. Esta entrega debe ser seguida por un crecimiento en la gracia y un compañerismo constante con nuestro Salvador. La vida cristiana y la preparación para encontrarnos con nuestro Salvador es sencilla. Él es quien nos preparará para gozar la eternidad en su compañía y en la compañía de los seres no caídos.

miércoles, 6 de mayo de 2009

EL MUNDO FUTURO


Bien, buen siervo y fiel. . .entra en el gozo de tu señor. (Mat. 25: 21). Cuando vuestros sentidos se deleiten en la amena belleza de la tierra, pensad en el mundo venidero que nunca conocerá mancha de pecado ni de muerte; donde la faz de la naturaleza no llevará sombra de maldición. Allí intelectos inmortales contemplarán con eterno deleite las maravillas del poder creador, los misterios del amor redentor. Allí no habrá enemigo cruel y engañador para tentar a que se olvide a Dios. Toda facultad será desarrollada, toda capacidad aumentada. La adquisición de conocimientos no cansará la inteligencia ni agotará las energías. Las mayores empresas podrán llevarse a cabo, satisfacerse las aspiraciones más sublimes, realizarse las más encumbradas ambiciones; y sin embargo surgirán nuevas alturas que superar, nuevas maravillas que admirar, nuevas verdades que comprender, nuevos objetos que agucen las facultades del espíritu, del alma y del cuerpo.
Todos los tesoros del universo se ofrecerán al estudio de los redimidos de Dios. Libres de las cadenas de la mortalidad, se lanzan en incansable vuelo hacia los lejanos mundos- mundos a los cuales el espectáculo de las miserias humanas causaba estremecimientos de dolor, y que entonaban cantos de alegría al tener noticia de un alma redimida. Con indescriptible dicha los hijos de la tierra participan del gozo y de la sabiduría de los seres que no cayeron. Comparten los tesoros de conocimientos e inteligencia adquiridos durante siglos y siglos en la contemplación de las obras de Dios. Con visión clara consideran la magnificencia de la creación -soles y estrellas y sistemas planetarios que en el orden a ellos asignado circuyen el trono de la Divinidad. El nombre del Creador se encuentra escrito en todas las cosas, desde las más pequeñas hasta las más grandes, y en todas ellas se ostenta la riqueza de su poder.
Y a medida que los años de la eternidad transcurran, traerán consigo revelaciones más ricas y aún más gloriosas respecto de Dios y de Cristo. Así como el conocimiento es progresivo, así también el amor, la reverencia y la dicha irán en aumento. Cuanto más sepan los hombres acerca de Dios, tanto más admirarán su carácter.  A medida que Jesús les descubra la riqueza de la redención y los hechos asombrosos del gran conflicto con Satanás, los corazones de los redimidos se estremecerán con gratitud siempre más ferviente, y con arrebatadora alegría tocarán sus arpas de oro; y miríadas de miríadas y millares de millares de voces se unirán para engrosar el potente coro de alabanza.
El gran conflicto ha terminado.  Ya no hay más pecado ni pecadores.  Todo el universo está purificado.  La misma pulsación de armonía y de gozo late en toda la creación.  De Aquel que todo lo creó manan vida, luz y contentamiento por toda la extensión del espacio infinito.  Desde el átomo más imperceptible hasta el mundo más vasto, todas las cosas animadas e inanimadas, declaran en su belleza sin mácula y en júbilo perfecto, que Dios es amor. 
(Del libro "El conflicto de los siglos" de Ellen white)