El tema central del libro de Apocalipsis y, prácticamente, de toda la Escritura es el contraste y consiguiente conflicto entre la verdadera y la falsa adoración y reconocimiento de Dios. En la última etapa de la historia humana, que estamos viviendo, previa al retorno de Cristo, el conflicto alcanza su clímax y llega a estar presente en todos los ámbitos de la actividad humana.
Las opciones puestas ante el ser humano son una adoración clara, racional y elevadora, establecida por Él mismo, o una práctica irracional y engañosa de la bestia apocalíptica establecida por el enemigo de Dios , de la Creación y, por ende, de todo el que desea el encuentro, en paz y santidad, con Cristo en su venida. Al respecto podemos leer y analizar los siguientes textos bíblicos: Mateo 24:24; Juan 4:23.24; Apocalipsis 13:8, 11-18.
El llamado del primer ángel a adorar al Creador es dado con el propósito de ponernos a salvo de cualquier forma de adoración dirigida a las criaturas, ya sea a uno mismo, o de quien reclame la singularidad de la condición divina, como ser falsos mesías, o de quienes enseñan que todo ser dotado de inteligencia es, de por sí, divino. La religión falsa presenta muchas formas: paganismo idolátrico, la filosofía atea o de la ciencia, el cristianismo apóstata, los postulados de la Nueva Era, etc.
La adoración dirigida a Dios el Creador no es sólo racional sino también elevadora y fuente de gozo, y coloca ante nosotros la oportunidad de un desarrollo ilimitado del carácter y de la capacidad de comprensión de la obra de Dios.
El Adventismo es una espera activa de los cristianos que conocen, aman y respetan al Señor Jesús, tal como se ha revelado en las Sagradas Escrituras. Sabemos y proclamamos Su persona como Salvador de todos quienes lo acepten como tal. En Su gloriosa venida de regreso triunfal a la Tierra, erradicará para siempre el pecado causa de todo el mal, la muerte ya no será más y todos los redimidos habitarán en el mundo renovado, en Su compañía y eternamente.