martes, 21 de abril de 2009

UNA ASOMBROSA REGENERACIÓN- 3


 DERROTA DEL MALVADO
El destino final de Satanás
"Entonces vi un ángel que descendió del cielo, con la llave del abismo. Y una gran cadena en su mano.
Prendió al dragón, esa serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años.
Lo arrojó al abismo, lo encerró, y selló, para que no engañe más a las naciones, hasta que se cumplan mil años.  Después tiene que ser suelto por un poco de tiempo.
Fin de la rebelión de Satanás
Cuando se cumplan los mil años, Satanás será suelto de su prisión, 
y saldrá a engañar a las naciones que están sobre los cuatro ángulos de la tierra -a Gog y a Magog-, a fin de reunirlos para la batalla.  Su número es como la arena del mar. 
 Subieron a través de la ancha tierra, y cercaron el campamento de los santos y la ciudad amada.  Pero descendió fuego del cielo, y los devoró.
Y el diablo que los engañaba, fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde están también la bestia y el falso profeta.  Y serán atormentados día y noche para siempre jamás"(Apocalipsis 20) 
Los siguientes eventos ocurren en conexión con la segunda venida de Cristo, y durante el milenio y al final de este:
1. Los justos resucitan, son transformados y llevados para estar con Cristo. Esta es la primera resurrección (Apocalipsis 20:4, 5).
2. Satanás es "atado" vivo y limitado a este planeta, que está reducido a un estado caótico. No hay ningún ser humano vivo a quien él pueda engañar (v. 3).
3. Durante el milenio los justos actúan como huestes en el reino de Cristo (1Cor. 6:2,3; Apoocalipsis 20:4,6).
4. Después de mil años los malvados son resucitados y, unidos con Satanás, lanzan un ataque contra la Santa Ciudad, que descendió del cielo (vv. 7,8; 21:2).
5. La batalla nunca se libra, porque en ese momento Satanás y sus huestes se confrontan con Dios, son juzgados y condenados a la destrucción eterna (20: 9-15). Este juicio ejecutivo ocurre después que los malvados han sido juzgados de acuerdo con lo que está escrito en los libros. 

Es evidente que cuando comiencen los mil años sólo habrá dos grupos de seres humanos: los que han sido llevados al cielo revestidos de inmortalidad, y los que quedaron muertos en la tierra desolada y oscura.  Este despoblamiento de la tierra es lo que atará a Satanás (ver com.  Apoc. 20: 1-2), pues no puede llegar hasta los redimidos ni tiene poder para engañar a sus súbditos muertos.  Los engañará de nuevo cuando sean resucitados al terminar los "mil años" (vers. 5).

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