martes, 7 de abril de 2009

UNA ASOMBROSA REGENERACIÓN- 2



El mal es temporario, es un fenómeno que tuvo un inicio y tendrá, en breve, su final.
El mal no se derrota ni alivia a sí mismo sino que va en aumento cada instante; si alguien cree que es una exageración lo que he dicho, sólo ha de ver y escuchar los medios informativos que, a todas horas de cada día, presentan su avance, el aumento del mal. Y aun admitiendo que los gobernantes y legisladores (?) actúan con el buen deseo de aliviar, que no solucionar el caso, es visible que no, que no se puede con el mal.
Dios ha de intervenir para acabarlo. En su presencia, los poderes del mal retrocederán aterrorizados y serán consumidos, eliminados para siempre, siempre en su sentido más absoluto. En el libro de Apocalipsis, último de las SSEE, se describe la Segunda Venida de Cristo como un guerrero que pelea contra los que están unidos entre sí contra Él. Mientras los ángeles de Dios reunen al pueblo de Dios, la bestia, el falso profeta, los reyes de la Tierra y todas las personas que los apoyaron son destruidos por la presencia del Jinete del caballo blanco. Los cuerpos de "reyes y de capitanes, y carnes de fuertes, carnes de caballos y sus jinetes" quedan en el campo de batalla, muertos (Apocalipsis 19:11-21).


 

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