Es claro que ser un cristiano es una ocupación más grande de lo que la mayoría de los cristianos suponen. todos hemos conocido a esa clase de personas que han estado suficiente tiempo en el ejército como para tener alguna insignia de rango y, no habiendo visto ningún servicio ni realizado ninguna tarea en la guerra, exhiben en toda ocasión posible sus insignias... Podemos decir de ese soldado que toda su experiencia militar ha consistido en emocionarse contemplando alguna gesta en el cine o leyendo, por ejemplo "La carga de la Brigada Ligera".
"Sí, hay cristianos como esos. Han sido emocionalmente entusiasmados leyendo la hermosa historia de Cristo y sus enseñanzas idealistas. Ese cristianismo no es suficientemente válido, no. Estamos viviendo una sociedad y un tiempo en que todo es sacudido hasta sus cimientos, y solo una clase de mente y carácter puede seguir hasta la salvación por Cristo. Sí, debemos tener la mente y el carácter de Jesucristo. Y esa "bienaventurada esperanza" en Cristo debe llevarnos e impulsarnos a lo largo de nuestra vida hasta la muerte o la tan esperada y deseada Segunda Venida de Jesús.
"Nuestros cuerpos mortales pueden morir y ser puestos en la tumba. No obstante, la bendita esperanza vive hasta la resurrección, cuando la voz de Jesús llama al polvo durmiente. entonces gozaremos de la plenitud de la bendita y gloriosa esperanza. Sabemos en quién hemos creído. No hemos corrido ni trabajado en vano. Una recompensa rica y gloriosa está ante nosotros; es el premio por el cual corremos y, si perseveramos con ánimo, seguramente lo hemos de obtener" (LC, 354)
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