lunes, 1 de septiembre de 2008

¿DÓNDE ESTÁ LA TOTAL FIABILIDAD?


Los políticos procuran fortalecer sus campañas electorales mediante avisos en la televisión, en la radio, en los periódicos, carteles murales y panfletos a domicilio. Se editan sitios en la Internet para ayudar a mantener su presencia en todo el mundo. Los medios masivos penetran en las vidas personales, y los opositores hacen lo mismo, esperando encontrar algo para anular los esfuerzos para ganar del otro. La gente se reúne para escuchar los discursos, pendientes de cada palabra. Admiran la imagen de poder, estratégicamente pintada para su aprobación. Sin embargo, se desilusionan cuando golpea la realidad: los candidatos, el ganador incluído, son sencillamente seres humanos falibles.
De una cosa podemos estar seguros: Dios es totalmente confiable porque su Palabra se cumple; Él no engaña jamás a sus criaturas.
En su tiempo y hasta el día de hoy, parte de las pretensiones del papado son el ser intermediario entre Dios y la humanidad a pesar de que Jesús mismo dijo que podemos ir directamente al Padre por medio de Él. El acto de colocar a un sacerdote, un elemento humano, entre Dios y el hombre, impide al penitente tener una clara comprensión de Dios y su perdón. Además, se ha añadido a este impedimento otro elemento al deificar a María. No hay base bíblica para elevar a la pura madre de Jesús a la posición de "corredentora" o mediadora paralela a Jesús. No es una simple coincidencia, sino parte del cumplimiento profético, que con la potenciación del poder de Roma, se haya magnificado en grado sumo la adoración a María.
Y aunque la apertura actual de la sociedad ha llevado a muchos adherentes de Roma a descubrir, individualmente y en grupos, algunas de las gozosas verdades bíblicas, todavía el concepto romano de la intercesión aparece sin cambios efectivos.
Apareció en una revista, un diagrama mostrando una flecha recta desde Dios a los hombres. Ésta, decían que muestra que los creyentes católicos creen en la comunicación directa entre Dios y la humanidad, sin un intercesor. Pero en la flecha que apunta hacia arriba, pasaba por un sacerdote y María. Esto es un freno innecesario y no bíblico de las noticias gozosas del ministerio absoluto y suficiente de Cristo. No debemos permitir que nada se interponga entre nosotros y nuestra comunicación con Jesús, nuestro redentor celestial.

No hay comentarios: