lunes, 29 de diciembre de 2008

UN PRIMER MENSAJE, Apocalipsis 14.


El 1er. ángel anuncia el juicio
"Entonces vi a otro ángel que volaba por el cielo, con el evangelio eterno para predicarlo a los que habitan en la tierra, a toda nación y tribu, lengua y pueblo. Decía a gran voz: "¡Reverenciad a Dios y dadle honra, porque ha llegado la hora de su juicio! Y adorad al que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas".

El mensaje del primer ángel está bien estructurado: el mensaje mismo, la audiencia, y un llamamiento.
1. El mensaje. Lo que se proclama es el "evangelio eterno". Es eterno porque es inmutable, permanentemente válido, verdadero para siempre. El "evangelio" se refiere a la obra salvadora de Cristo y a su encarnación, ministerio, muerte, resurrección y obra sumo sacerdotal en nuestro favor. También incluye el juicio final (Romanos 2:16) y el regreso de Cristo (1Tes. 1:5,9,10). Queda proclamado que la salvación es sólo por fe en Cristo, una fe que lleva a la obediencia.
2. La audiencia. La proclamación es universal, dado que el pecado también es universal. El evangelio pertenece a todas las razas y grupos étnicos, porque todos son pecadores.
3. El llamado. El mensaje de este ángel contiene tres imperativos: "temed a Dios... Dadle gloria... y adorad". cuando un ser humano se enfrenta con la grandeza de Dios (Salmo 96:4), su justicia (Apocalipsis 15:3,4) y su salvación (Isaías 45:3,4) se entrega a él con fe y obediencia. Temer a Dios es, en realidad, guardar sus mandamientos (Deuteronomio 8:6).
Este llamado también nos dice que demos gloria a Dios, que lo reconozcamos como el factor más amante e importante en nuestras vidas. No hay ninguno como él y, al glorificarlo, declaramos nuestra alianza con él y no con las fuerzas del mal. Darle gloria no es una señal de algo que él no tenga, sino que es darle el lugar que tiene, por derecho, en nuestras vidas.
Este llamado está motivado por el hecho de que el juicio, anunciado por el profeta Daniel, ya está desarrollándose. Ésta es la última obra de Cristo en favor de los pecadores; representa la última oportunidad e unirse al Cordero y seguirlo.
El llamado también trata acerca de la adoración, que es el centro en el drama del gran conflicto entre Cristo y Satanás. Sólo Dios, y no el dragón, es digno de adoración, porque sólo Dios (no el dragón) es el Creador.
Este llamado nos lleva de regreso al día de adoración ,el sábado, como una señal de la creación; este llamado es un rechazo claro y directo de la idolatría y de la teoría de la evolución.

martes, 16 de diciembre de 2008

LAS DOS BESTIAS de Apocalipsis 13.

El apóstol Juan escribe: "Después vi otra bestia que subía de la tierra..." Otra bestia, otra bestia que desafiante y prepotente demanda al cristiano la "paciencia (la perseverancia) y la fidelidad de los santos". Esta bestia representa una progresión que adquiere fuerza hasta la culminación de la historia. Hay muchos hoy casi sin aliento al reconocer la inminencia de los eventos finales de la Tierra. Las descripciones reveladas a Juan dejan bien claro que estos eventos están "cerca, a las puertas".
El capítulo de la Revelación que tratamos hoy, (leámoslo con oración y atentamente), presenta una lista de pruebas asombrosas que nos confrontarán antes de que la Tierra experimente su agonía final.
Para poder pasar con bien por esas pruebas terribles, sólo hay un método. el haberse ejercitado a diario en en la comunión espiritual con el Señor, nuestro Salvador vencedor en el gran conflicto.
Mas, ¿cómo atrevernos a dar los pasos que nos llevan más cerca de los desafíos que, en verdad, preferiríamos no tener que afrontar? La Palabra de Dios continuamente nos señala hacia la Fuente de nuestra fortaleza y certeza. "después miré, y he aquí el Cordero que estaba en pie" (Apoc.14:1).
Cuando una madre está dando a luz y participa en el nacimiento inminente de su bebé, ella se concentra totalmente en el resultado esperado; soporta todo porque espera y desea sostener a su criatura en sus brazos. Asimismo, el cristiano y todo creyente en Jesús, ha de concentrar su vida y vivencia espiritual en Jesús, de esta forma los resultados están asegurados por la "fortaleza de sus brazos".
De manera que la cuestión se simplifica en "estar realmente concentrados en el Cordero".