Dar gloria a Dios!!! ¿Puede el ser humano "darle" algo a Dios? Siendo como es una simple criatura, pareciera imposible poder dar al Creador algo; sin embargo, hay la posibilidad de dar gloria a Dios estando unidos en la salvación con Cristo y revelar su amor al mundo por medio de esta unión (2 Tes. 1:11,12). El llamado a dar gloria a Dios nos libera de la autoexaltación y del egocentrismo de toda clase, y nos enseña a magnificar a Cristo en todas las actividades, planes y relaciones de la vida (Fil. 1:20,21). Dar gloria a Dios es permitir que su evangelio haga pleno efecto en nuestra vida como poder de salvación, no solo para liberarnos del pecado, sino también para hacernos partícipes de la naturaleza divina, por la cual exhibimos, participando, las virtudes activas del amor de Dios.
"La gloria del evangelio consiste en que se funda en la noción de que se restaurar la imagen divina en una raza caída por medio de una constante manifestación de benevolencia" (3JT 402).
En la tierra solemos asociar la gloria con la grandeza, con la belleza, con el brillo y la fortaleza. Pero el esplendor externo solo no constituye la gloria (Isa. 10:3,12; 13:19). Muchos de los grandes de la tierra, cuyas vidas centellean de fascinación, y quienes controlan masas de personas e inmensos recursos, ¿han muerto con una partícula de gloria adherida a sus nombres? Pues en verdad no. Porque carecieron del ingrediente principal de la gloria: el carácter. Cada persona tiene el carácter de alguna clase, pero el carácter que es glorioso refleja los atributos de Dios. Y Dios es amor. Cada parte de su estructura, de su composición, revela algo de la inmensidad y de la diversidad de su carácter amoroso (Efe. 3:16-19).
La exhortación "Dad gloria a Dios" dirige nuestraa atención fuera de nosotros mismos, y de los atractivos de este mundo, hacia los atractivos infinitos de Cristo y de su justicia, la que él desea conferirnos por medio de su evangelio (Juan 17:24; 2 Cor. 5:21).